Dinámicas de creación

Contenidos

Desplegables

Qué es esto

La información que sigue solo pretende presentar unas pocas técnicas, bastante conocidas, para fomentar la creatividad, que pueden (y deben) ser adaptadas al grupo, al momento, al espacio físico, a las ganas…

En primer lugar, algunos recursos de creación en grupo; después, unas brevísimas y muy escasas alusiones a entidades considerados de referencia en estos ámbitos; por último, varias técnicas que se pueden utilizar tanto de manera individual como adaptarlas a grupos (avisamos por anticipado de que desconocemos la mayoría de los nombres originales de estos recursos y técnicas, así que las hemos rebautizado, sin que esto signifique que pretendamos apropiarnos de su autoría; agradecemos cualquier aportación al respecto).

En fin, creatividad para fomentar la creatividad.

Creación en grupo

Creación en grupo

Un mono triste en el Vaticano

Es una técnica muy sencilla. Se pide a los grupos (formados previamente) que propongan nombres de animales, uno por grupo y se apuntan en papelitos; una emoción por grupo; finalmente, un lugar.

Se asocian aleatoriamente a cada grupo un nombre de animal, un sentimiento y un lugar, y con ello se hace la historia en común, que puede ser escrita, oral, dibujada, modelada…

Palabras aleatorias

Cada participante escribe cinco palabras (o el número que se acuerde o decida la persona que dinamice la actividad) en sendos papeles, se mezclan todas y de nuevo cada persona coge cinco de los papeles. Con ellos se construye la historia.

Palabras positivas y negativas

El proceso es el mismo que en el caso anterior, pero esta vez cada participante escribe dos palabras que considere positivas, dos negativas y una que le resulte indiferente, sin comunicar su valoración al resto de participantes.

Al mezclarlas y repartirlas, cada participante recibirá cinco palabras que no sabe lo que significan para quien las escribió, por lo que esos sentidos personales no van a estar necesariamente en su historia. Se escriben estas, individualmente, y luego se leen en grupo.

El juego se puede detener ahí, en la parte de construcción, o puede continuar con un debate, si hay confianza o se crea un clima propicio, para intercambiar experiencias; es importante que quien quiera pueda aportar el sentido que para sí tenían las palabras que escribió, y comprobar si coincide con el sentido que el resto le han dado. También si estas posibles diferencias han modificado de alguna manera el sentido primero.

El abanico letrado

En círculo, cada persona tiene un papel en blanco y un instrumento de escritura.

Hay muchas versiones de este juego, y siempre se puede adaptar a las características del momento. Vemos varias.

Historia dirigida

Quien dinamiza dice el tipo de palabra u oración que el resto tiene que escribir en primer lugar en lo más alto de su papel, por ejemplo, el nombre de una persona, real o de fantasía, viva o muerta (es importante aclarar desde el principio si el papel va a utilizarse en sentido vertical u horizontal).

Una vez hecho, el papel se dobla hacia atrás, ocultando lo escrito, y se pasa a la compañera de la derecha (o izquierda, pero siempre en el mismo sentido establecido). A continuación, de nuevo la dinamización dirá qué escribir, por ejemplo, un verbo de acción… y así sucesivamente. Al final tendremos un papel doblado en muchos dobleces, como un abanico, y en cada doblez una palabra o expresión escrita.

Dependiendo del tamaño del grupo, se pueden dar tantas órdenes de escritura como participantes, de modo que el papel da toda la vuelta (sería lo ideal), o limitarse a un número. Lo mínimo es que, si se ha empezado con un nombre de persona, también se añada al menos un verbo de acción (con su complemento si es necesario), otro de nombre de persona, un lugar y un tiempo.

Una vez terminado, se lee lo escrito intentando darle una “forma literaria”. Por ejemplo, si las palabras han sido: Linterna Verde – cazar ratones – Rajoy – la ducha del Palacio de Liria – Pleistoceno, pues ya tenemos una breve anécdota que contar o toda una novela. En esta versión, se respetará el orden de las palabras, pero se puede elegir no hacerlo.

Se puede hacer temático: por ejemplo, personajes de cómic, o de una marca de cómic determinada; mitologías; historia de algún lugar específico; programas de la tele…

Historia no dirigida (o casi)

Lo mismo que la anterior, pero en este caso no se dan pistas para escribir, y cada participante debe escribir una oración o una palabra intentando adivinar lo que hayan escrito quienes le precedieron. Los resultados suelen ser más desconcertantes, pero hay ocasiones en que se producen verdaderas confluencias de pensamiento y se aparecen relatos muy consistentes y divertidos.

Se puede delimitar previamente el tema. Para facilitarlo un poco, una vez que se ha escrito la oración, se puede decir una de las palabras que incluye.

El cuento oral coral

En círculo. Una persona comienza una historia con una oración o frase, y el resto, por turno, debe continuar la historia hasta que todas hayan participado; dependiendo del número de participantes, se puede dar una vuelta o más.

También hay muchas adaptaciones, y hoy existen diferentes herramientas que facilitan la continuación de la historia, como los dados (story cubes, que pueden ser temáticos), que nos indican con un símbolo cómo debemos continuar, o diversos juegos de cartas.

Si el grupo no se arranca, quien dinamice puede tomar la decisión de ir marcando la historia con diversos conectores: “y entonces…”, “de repente…”, “todo parecía tranquilo, pero…”, “no olvidemos que allí también había…”.

Esta fórmula de creación colectiva se puede complementar fácilmente con el audio o el dibujo, para crear un audiocuento o incluso un vídeocuento. Se van anotando las oraciones en una pizarra o una cartulina, y una vez que todas las personas del grupo han dicho su oración y el cuento ha finalizado, se les pide que cada una haga un dibujo que refleje lo que dijo. Mientras dibujan, se les va llamando individualmente para que repitan su oración, que se graba.

Cuando se tengan todos los dibujos, se escanean/fotografían y se hace un vídeo con las imágenes y los audios (en cada imagen también se escribe la oración). Ya tenemos nuestro vídeo-cuento.

¡Quién iba a pensarlo!

También en grupo, se va a construir un relato a partir de una situación cotidiana.

Existen muchas maneras de hacerlo: a partir de un personaje de una revista, de una foto de instagram, de un fotograma/una escena de película, de la primera persona que pase al mirar por la ventana…

La idea es plantear preguntas y responderlas entre quienes participan; esto puede generar una sola historia común, pero también muchas individuales.

Primero comenzaremos con las preguntas más descriptivas de la situación, sin olvidar ninguno de los sentidos; después podemos tratar de remontarnos a las causas o al pasado más o menos inmediato de lo que vemos; poco a poco iremos complicando la historia con emociones, valores, rasgos psicológicos…

Si estamos en los primeros días del grupo, se puede tomar como punto de partida a la persona que dinamiza, de modo que entre todas nos imaginamos su historia, su personalidad, sus conflictos (mejor con quien dinamiza que con cualquier otra persona, para evitar generar posibles malos rollos desde el principio).

Yo soy tú

En parejas, cada persona cuenta a la otra lo que considera más importante de su vida, y con ello cada una toma la personalidad de la otra. Después de esto, entre todo el grupo se sugieren diversas situaciones (desde las más cotidianas como ir a comprar el pan hasta las más disparatadas, como levantarte una mañana y encontrarte que tu perro tiene tres colas) y se apuntan en la pizarra/cartulina. De modo aleatorio, se asocia una situación a cada persona, y esta tiene que reconstruirla en primera persona, pero desde la personalidad de la compañera.

Esta técnica suele utilizarse para presentaciones, pero es muy fecunda para interiorizar y desarrollar personajes.

Algunas referencias clásicas

Algunas referencias clásicas

Como veis, se puede adaptar casi cualquier juego para crear una nueva historia. De aquí en adelante vamos a ver otras muchas técnicas, la mayoría de las cuales se pueden emplear para crear en grupo, aunque también de manera individual.

Aunque vamos a explicar unas cuantas técnicas y juegos, si os motiva esto de crear no podéis olvidar algunas referencias ineludibles:

Existen cientos de títulos y de páginas web donde podéis rastrear las técnicas de estas personas y grupos.

Técnicas varias de creación

Técnicas varias

Todas las podéis encontrar en las referencias previas, pero, en fin, vamos a localizar algunas.

¿Qué pasaría si…?

Se trata de empezar a imaginar a partir de una situación irreal; para ello, se parte de algo concreto (una persona, una ciudad…) y se le rodea de un predicado que en principio no esté relacionado.

“¿Qué pasaría si… mi casa empezara a reír?” A partir de aquí, puedo tratar de averiguar si realmente ríe, si realmente es mi casa, cuál es la causa de su risa, si me preocupa, si me es indiferente, si otras personas también lo escuchan, si es una casa domótica cuyo cerebro ha enloquecido (o es lo normal en él), si está prohibido reír, si solo ríen las casas, no las personas…

¿Cómo acababa esto?

Se crea el comienzo de una historia y se escriben primero tres continuaciones diferentes. A cada una de ellas se le asignan tres finales que también debemos escribir.

Es una buena base para comenzar un relato tipo “elige tu aventura”.

También se puede sugerir solo un comienzo, un párrafo o dos, para desarrollar diversas historias diferentes.

Voraz Desangre

Se trata de hacer una versión a partir de un texto dado. En el título está contenido “Bodas de Sangre”, en su versión zombi de ClásicoZ.

Naturalmente, no se trata de hacer una versión de un libro completo para empezar. Utilizaremos distintas técnicas:

Desplazamiento: consiste en mantener fijo el relato, pero variar una característica (puede ser temporal, de lugar, un detalle de un personaje…). El texto debe adaptarse entonces a ese cambio. Se puede hacer paulatinamente con varias características.

Condensación: se toman varios elementos diversos y se concentran en un solo personaje, lugar, tiempo…

Disociación: lo contrario, a partir de un personaje, lugar… se crean varios, cada uno con alguna de las características del primitivo, pero no con todas.

Transposición: elementos de un personaje, lugar, tiempo… se adjudican a otro u otros.

Estas técnicas se pueden aplicar de manera recursiva, una y otra vez. Al finalizar, nuestra historia se parecerá poco a la original.

El “limerick”

Consiste en un pequeño poema cuyos versos riman aabba. Pero es un sinsentido.

El primer verso presenta al personaje. El segundo verso ofrece una característica o una acción del mismo. El tercer y cuarto versos realizan el predicado. El último le adjudica un epíteto al personaje.

“Un hombre llamado Raimundo

plantó un árbol muy fecundo,

lo regaba dos veces cada día

con la peluca seca de su tía,

el terrible hortelano Raimundo”.

El viaje detenido

En la sala, imagino que en la pared se abre una puerta, pero no de manera misteriosa; siempre ha estado allí, yo lo sé, siempre lo he sabido, y sé exactamente adónde conduce. Mentalmente me desplazo a ese lugar, examino mi movimiento, observo cómo es el lugar al que llego, utilizo todos mis sentidos para experimentarlo. Pongo en marcha recuerdos de otras veces que he estado allí, detalles concretos. A partir de ellos desarrollo escenas completas, interacciones con el ambiente, con objetos, personajes… Me doy cuenta de lo que ha cambiado desde la última vez que estuve allí.

Poco a poco voy construyendo una historia.

Puedo probar a mirar por otras puertas en otras paredes, por ventanas que se abren en armarios, mesas, en los ojos de otras personas…

La palabra canguro

Existen muchas formas de palabras canguro, o “la piedra en el lago”.

Una de ella es coger una palabra y construir otras palabras a partir de sus letras, que pueden estar relacionadas de diferentes maneras con la original o entre ellas, porque pertenezcan al mismo campo semántico; también pueden surgir de manera aleatoria. Por ejemplo, MESA:

Merienda

Ensalada

Sandía

Albaricoque

Vaya periódico

Entre las muchas técnicas empleadas por los surrealistas, hay varias relacionadas con los textos de libros, revistas o periódicos.

Así, por ejemplo:

Titulares recortados

Se construyen historias a partir de los titulares de las noticias. Se buscan y recortan titulares que resultan chocantes entre sí. Las más divertidas resultan cuando no hace falta retocar los titulares, pero tampoco hay que detenerse si hay que retocar alguno, quitar alguna palabra, modificar los accidentes gramaticales (persona, número, género, tiempo…).

S + 7

Solo se escogerá una palabra de cada siete, a partir del primer sustantivo (S), y el resto se taparán o emborronarán. Se deben cambiar los accidentes gramaticales cuando sea necesario.

En realidad, se puede modificar el número; se pueden coger solo los sustantivos, uno de cada siete…

En fin, improvisad.

La plantilla de historias

Se trata de coger una hoja del tamaño y forma de nuestro texto y hacerle pequeños recortes aleatorios. Una vez hecho esto, obtenemos una plantilla que colocamos encima de nuestro texto, de modo que lo cubra todo y solo se lea lo que aparezca en los recuadros. Ya tenemos nuestra historia (o el material con el que trabajarla).

Podemos utilizar la plantilla en varios textos seguidos.

También podemos ir girándola de distintas maneras (obtendremos cuatro plantillas diferentes simplemente girándola 180º en un sentido, dándole la vuelta y volviendo a girarla180º; pero los giros pueden abarcar otros ángulos), para obtener diferentes perspectivas de nuestra historia o cuatro versiones definitivas de la misma. También podríamos utilizar las cuatro para obtener más texto original.

Podemos simplemente utilizar las letras/palabras/expresiones/sintagmas tal y como están, o nos pueden servir de base para hacer nuestra propia historia.

Lectura al azar

Cogemos un libro y miramos cuántas páginas tiene. Antes de comenzar a leer, pedimos a alguien que nos diga una serie de números (o con un/varios dados, o con una aplicación electrónica que nos suministre números al azar), en tres series: la primera serie debe abarcar el total de las páginas; la segunda, del 1 al diez, nos indicará el número de párrafo (si vemos que hay más párrafos por página, pues ampliamos); y, finalmente, la tercera, también del 1 al 10, nos indicará el número de la palabra que escogeremos en el párrafo, desde el principio de este. Pediremos tantos grupos de tres números como palabras queramos.

En vez de palabras, se pueden escoger oraciones (en este caso, mejor del 1 al 5), o simplemente tomar la primera oración del párrafo en cuestión; o decidir que el número que designa el apartado “palabra” no nos indica el número que hace esta dentro del párrafo, sino el número total de palabras que leemos de ese párrafo, comenzando por el principio (o por el final). En fin, que se puede improvisar según vuestro humor y ánimo del momento.

Para el relato, podemos tomar los textos seleccionados y unirlos tal cual, a ver qué sale, o improvisar a partir de ellos.

También se puede hacer en Internet: escoger una palabra para buscar, luego dedicar uno o más números para determinar qué entrada/s abriremos, y luego otros números para los números de párrafos y palabras dentro de ellos. Advertimos de que esta fórmula no es muy ecológico si vamos a darle muchos clicks de búsqueda…

Lío de artículos

Se trata de coger al azar dos artículos de periódico y leer el primer párrafo del primer artículo y el último del segundo.

Se puede hacer con dos capítulos de un libro. Tampoco es necesario limitarse a un párrafo.

De acuerdo con la experiencia, se puede probar con más de dos artículos.

La idea es después hacer un relato juntando toda la información.

¿Qué es esto?

Se trata de tomar un objeto cotidiano y tratar de pensar en todas las cosas que podría ser, así como sus diversas utilidades. A partir de ahí, podemos construir nuestras historias de mundos alternativos.

¿Y esto cómo funciona?

Se trata de pararnos a pensar en un objeto cotidiano, al estilo de las “Instrucciones para subir una escalera” de Cortázar, o “Cómo llenar un vaso de agua” de Tip y Coll, y describir su forma y su uso como si quien escuchara no supiera nada de ello.

No es tan sencillo como parece.

Desreloj

Se trata de tomar objetos cotidianos e inventar palabras simplemente adjuntándoles un prefijo, normalmente negativo: des-, in-, a-.

A partir de la construcción de la nueva palabra, habrá que imaginar para qué serviría, e incluso hacer un dibujo.

Si se hace en grupo, se puede llegar a establecer una definición conjunta y varias personales.

Por ejemplo, el desreloj lo inventaron unos seres efímeros para detener el tiempo, de modo que cuando lo llevan puesto y funcionando no envejecen. O lo inventó Peter Pan para no hacerse adulto. Pero tampoco es obligatorio detenerse en la literalidad de la palabra, sino jugar con diversos significados o sentidos, con su forma gráfica o fonética…

Oraciones que evolucionan

A partir de una oración, se separan sus componentes en sintagmas, tantos como se pueda, incluso los que están dentro de otros sintagmas (así además podemos repasarlos).

Por turno, podemos cambiar la oración modificando un solo sintagma cada vez (puede ser el mismo más de una vez).

Ejemplo:

El vecino del quinto jugaba a las cartas con sus amigos ayer por la tarde en el campo

El vecino / del quinto / jugaba / a las cartas / con sus amigos / ayer / por la tarde / en el campo

A partir de esta primera oración, separada en sintagmas, vamos cambiando por turno uno de ellos, luego otro, así hasta que todas las personas hayan participado (podemos dar más de una vuelta).

Palabras encadenadas

La idea es tener un listado de palabras con las que trabajar en nuestra historia. Partimos de una palabra al azar, y construimos la segunda a partir de su última letra o sílaba. Así seguimos con el proceso hasta que obtengamos el número de palabras que pretendíamos al principio.

Podemos jugar a obtener solo palabras de una extensión determinada (por letras o sílabas).

Si queremos dar un paso más, podemos utilizar la última palabra obtenida para extraer otras palabras que comiencen por sus letras.

¿Qué hace un ser como tú en un sitio como este?

Es una versión del desplazamiento. Tomamos un cuento o texto e introducimos uno o varios personajes de otros cuentos, y tratamos de imaginar qué sucede.

Jeroglíficos o Emoticonos

Puedes probar a generar historias a partir de los Emogi, como si fueran jeroglíficos egipcios.

También puedes construir tu propio sistema de escritura a partir de objetos de tu entorno.

Estas son solo unas pocas técnicas para fomentar la creatividad, que pueden (y deben) ser adaptadas al grupo, al momento, al espacio físico, a las ganas… En fin, creatividad para fomentar la creatividad.