«Mi barrio», Lucía Santillán Yusta – Mención Especial «Barrio»
Por Delicias De LetrasNo sé por donde empezar. Vine a este barrio hace muchos años, en los años 60… y claro que ha cambiado muchísimo.
Cuando yo viene, case recién llegada del pueblo, esto no parecía una ciudad más bien era como cualquier pueblo; la mayor de las casas eran bajas, excepto por los pisos que acababan de construir y donde nos vivimos a vivir, casi no había nada asfaltado, había muchos montones de tierra, que cuando abrías las ventanas entraba todo el polvo. Los pisos tenían carbonera y cocinas de carbón y los carboneros repartían el carbón por las calles y pisos, esa era la única calefacción que había.
Desde entonces ha cambiado casi todo, tenemos dos parques maravillosos. Centro Cívico, Centro de Salud y ambulatorio, tenemos la iglesia de Santo Toribio, un hogar en Arca Real, sitios donde podemos reunirnos.
Hay muchas escuelas e institutos en el barrio, el Hospital está muy cerca con buenas comunicaciones, también Parque de Bomberos y la Policía. Cuando yo llegué tenía que ir al Centro para todo, para ir al médico tenías que ir a la Residencia y no había tantos autobuses, sin embargo, ahora lo tenemos muy cerca y creo que no lo apreciamos lo suficiente, pero todavía quedan cosas por hacer, más zonas verdes, por ejemplo.
Lo que no me gusta es que hay muchos coches y el aire no está tan limpio y que incluso en las aceras tienes que ir con cuidado con los patinetes. También hay problemas con las basuras, aunque hay muchos contenedores, mucha gente la echa donde le da la gana y las aceras están sucias, también porque dejan que los perros hagan pis en las aceras y en las entradas de los portales, claro que la culpa de estas cosas es de la gente que no es nada cívica y no piensa que la calle es la casa de todos y debemos cuidarla y mantenerla limpia.
Otro apartado es la gente, los vecinos.
Cuando llegué, prácticamente todos acabábamos llegar a la ciudad de los pueblos. Los vecinos hablaban más entre sí, conocías sus nombres y los nombres de los hijos, cuidabas de ellos cuando hacia falta, si necesitabas algo, siempre podías pedirlo a tus vecinos, había más comunicación.
Los niños no tenían parques donde jugar, jugaban libremente en las calles, al lado de sus casas, no había casi coches y todo era más fácil para ellos.
Ahora mucha gente del barrio son de fuera, de muchos sitios diferentes y de muchas razas y con idiomas diferentes al nuestro, quizás sea una de las causas de que no haya tanta comunicación, aunque también vivimos de puertas adentro con nuestra televisión e Internet. Yo no tengo ninguna queja de estas personas que no son de aquí, tengo unos vecinos estupendos que andan pendiente de mí, porque vivo sola. Tienen un niño que se ha criado en España y habla perfectamente español por lo que es el que traduce a su madre. Estos niños son el futuro del barrio, niños con padres que vinieron aquí desde sus países de origen, igual que hicimos nosotros en los años 60 viniendo del pueblo.
Ha habido muchos cambios, y como en todas las cosas algunos no han sido para bien. Siempre que se gana, también se pierde en algunas cosas.
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