13 de julio de 2023

«Regreso» – Alexa

Por Delicias De Letras

Podría ser un cuento, una historia real, un sueño o cualquier cosa que a cada uno se le ocurra en su
mente…
Dicen que una vez llegaron al barrio Delicias, tres hermanos. Dos de ellos eran chicos y la del
medio y más diferente según los que la conocían era chica. Se rumoreaba que no era nacida aquí,
sino en otro planeta. La encantaba revolucionar todo, la casa, a sus hermanos, amigos y lo que
estaba a su alcance era peleona, divertida, un poco tímida, pero sobre todo tenía un poder que nadie
conocía y era poder leer la mente de las personas que estaban a menos de un metro de ella.
Hablemos de Alexa.
Alexa no la costó hacer amigos en su nuevo barrio, sobre todo niños. Ella era un poco dejada,
despeinada siempre y con una imagen un poco desaliñada. Nunca tuvo problemas por ello, no la
importó.
Alexa fue creciendo y poco a poco, cada vez en intervalos más cortos, leía comentarios hacia ella
muy despectivos. No entendía porque, si ella con la ropa de sus hermanos, Coque y Pepín, iba
siempre tan cómoda. Pero la cosa fue cambiando y empezó a dar importancia a esos comentarios.
Alexa empezó a querer alejarse de esas personas, que eran como ella, alegres y sin dar mucha
importancia a la apariencia.
Un día se levantó de la cama y pensó que si cambiaba un poco su forma de ser, su apariencia y sus
juegos de calle con sus amigos, quizá poco a poco sería aceptada y menos criticada por ciertos
grupos de personas.
Bueno… el resultado fue brutal. Alexia se convirtió en popular y empezó a despreciar a su familia,
amigos… incluso se reía de la tristeza de ellos y lo que en sus mentes leía. ¡Era feliz, muy feliz!
O eso creía.
Pasaron los años y ella quería ser autónoma, tener dinero… vivir pues cómodamente… y sobre todo
no volver a lo que había sido: humilde.
Pasaron los años… conoció a una persona que encajaba con ella. Era divertido… pero sobre todo
era de familia aparente.
Alexa, no podía parar de esforzarse por ser quien no era y quería ser, pero no conseguía ser
aceptada, porque en el fondo para ciertas personas el pasado humilde no entraba en sus vidas. Alexa
se agotaba y lo pagaba todo, con todo lo que rodeaba a su pasado.
Un día, y ya siendo mamá de dos niños, Elisa y Hectu, se dio cuenta de que su vida estaba llena
pero a la vez vacía. La educación de sus hijos podía ser una mezcla de falsedades y no le gustaba lo
que veía. Se quedó sola, o eso creía, porque su apariencia fue pasando a segundo plano.
Un día salió a caminar por los alrededores de la casa de su madre, Amparo. Un olor, un recuerdo,
niños riendo, personas sentadas en el parque de la Paz sin prisa por irse a casa… no leía mentes,
solo miraba y recibía a cambio sonrisas de personas, que le recordaban lo que era y lo que
mágicamente había sido siempre. Alexa empezó a sentir un halo de paz y comenzó a caminar en
busca de ese olor, esas risas, esas conversaciones, esos desaliños aliñados y sobre todo esas
personas que eran como ella, humilde. Encontró a su verdadera familia en su gente, su padre
Donatello, su madre, hermanos, amigos… y las personas que sacaron lo mejor de ella, sus hijos. A
partir de ahí y ya siendo ella conoció a Josep, su pareja. Nunca fue más ella que cuando aceptó lo
que era. Gracias, Delicias.
Moraleja: no leas mentes, sin leerlas, busca sonrisas y sé tu mism@.