13 de julio de 2023

«Cambia, todo cambia», Águeda Gimeno

Por Delicias De Letras

Mayo 2015. La primera y creo que la única vez que ha habido en el barrio una oficina electoral para la campaña al ayuntamiento. Era una formación política nueva, creada con mucha ilusión por la unión de varios partidos y asociaciones, que necesitaba que las vallisoletanas la conocieran. Presentaba un programa justo, completo, posible y porque después de veinte años con una alcaldía poco comunicativa, que no ayudaba a los barrios… (¡eh perdona! Que buscando el Este, el Este existe). Parecía posible y necesario el cambio, y allí estábamos para intentarlo. Yo me apunté de voluntaria, nos dejaron un local que estaba vacío, pero como solo eran diez días, nos lo prestaron ¡fenomenal! Muy cerca de la plaza del Carmen.

Yo alucinaba, solo lo había visto en las películas americanas. Programas, folletos pegatinas, carteles, la música y las imágenes de los candidatos… el local estaba bien repleto.

Yo iba por las mañanas, por la tarde trabajaba, todo funcionaba con voluntarios, era muy gracioso, pasaba mucha gente, entraban pocos, algunos preguntaban:

-Pero ¿estos quién son?

Otros: -¿pero no dais nada? Pues en el otro lao nos han dado un mechero y un boli.

-No, tenemos el programa con las propuestas…, y toma, anda, un globo pal nieto.

-Pero hijos, si van a salir los de siempre…

Buenas charlas nos pegábamos todas las mañanas, arreglando el barrio, la ciudad y hasta el mundo. Coincidí allí con una profesora mía del instituto Canterac, de geografía política. Nos mandó un trabajo en los años 80 sobre la emigración de los pueblos a la ciudad. Así nos dimos cuenta que mi familia y muchos más vecinos veníamos de los pueblos de la provincia de Valladolid y de otras provincias cercanas. Muchos aun llevaban el pueblo dentro, pero nosotros los chavales ya éramos barrieros. Me acuerdo mucho de Millán, que trabajó por la educación de adultos en los barrios, ya que muchas personas, sobre todo mujeres, no habían tenido acceso a ella y era necesaria. Yo vivo al lado de la plaza Millán Santos, me enternece mucho verle, bronce y piedra, sentado con cara de bonachón y los niños jugando al lado. Me gusta.

Nos pegamos nuestras buenas charlas en la sede, pero una semana pasa rápido, y llegó el ultimo día de campaña. A las ocho de la tarde todos a la ultima gran pegada de carteles. Con dos furgonetas y con los cubos de cola y la escoba, ¡qué grande es el barrio!

Desde la carretera Madrid, al Paseo Farnesio, túnel, vía, mercado, Cádiz, saliendo por Semprún a Juan Carlos I… y hasta el Hospital, y las arcas reales, bueno, bueno, bueno, agotaos.

Se acabó, ¡la suerte está echada! JORNADA DE REFLEXIÓN. Cuando llegué a casa vi a Alba:

– ¿Qué tal, mama, como ha ido todo?

-Bien, cansada, pero ilusionada, yo creo que este año lo conseguimos. ¿Y tú que tal, hija?

-Bueno, pues hemos visto una casa, esta destrozada, pero tiene mucha luz, yo creo que vamos a poder con ella, esta es la nuestra…

-Bueno y ¿Dónde está?

– Aquí al lado, en Ruiz de Alda

-Genial hija, me voy a duchar y luego cenamos y lo hablamos.

Mayo 2023. JORNADA DE REFLEXIÓN. Otra vez estamos en jornada de reflexión, esperando, yo no se si esta vez habrá cambio o no, pero lo que estoy segura es que delicias tiene futuro, porque mis hijos viven aquí cerca, en el barrio. DELICIAS TIENE FUTURO.